Fecha: 19-10-2020
Echamos la vista atrás para traer otra vez a la actualidad la manera en la que decoraban nuestras abuelas. Este estilo decorativo se llama grandmillennial, debido al rango de edad que lo está moviendo en redes como Instragram, o granny chic. Busca inspiración en lo tradicional, pero con el punto de confort del que carece el superficial kitsch o el despersonalizado vintage.
Los ambientes grandmillennial recuperan la cretona o el chintz con grandes estampados florales que también invaden el papel pintado, que se hace fuerte en todas las habitaciones de la casa.
En un salón grandmillennial se vuelve la mirada hacia butacas tapizadas con tejidos de algodón de aspecto rústico como el lustroso chintz o la fuerte cretona. Los estampados tienen figuras grandes de inspiración floral, vegetal o animal. Las paredes recuperan color gracias al papel pintado y se recuperan los marcos dorados y las alfombras Ziegler y Kazak.
Los muebles de mimbre tienen que ser realmente antiguos y no meras reproducciones.
Los colores vivos vuelven a estar de plena actualidad.
Aquellos que quieren llevar el granny chic a sus últimas consecuencias sentirán el horror vacui en las paredes, además de complementar sofás y sillones con mantas de ganchillo hechas a mano.
Las cocinas nos trasladan sin escalas a nuestra infancia. Muebles llenos de detalles decorativos heredados, desde vajillas hasta teteras, y siempre a la vista, sin esconder nada.
Las lámparas de techo con ventilador son un buen ingrediente y que me dices de una butaca tapizada.
Si realmente te gusta esto, no te cortes a la hora de mostrar toda tu colección de tarros, porcelana o accesorios de cocina con cierta edad: un escurridor, una báscula, ollas… Atención porque el hule está on fire.
La pasión por el grandmillennial se cuela en dormitorios, baños y recibidores, así como una estancia de la casa indispensable para un férreo defensor de este recargado estilo: la sala de costura.
El papel pintado vuelve a ser el centro de atención en el dormitorio, donde no faltan las colchas y edredones con volantes y faldones. Los cabeceros tapizados o de madera con barrotes combinan con un farol de forja y cuadros de punto de cruz.
El gran olvidado de la casa cobra protagonismo con el estilo grandmillennial, el zócalo de madera a media altura con el papel pintado. Un revestimiento hecho con retales, formando un collage muy acertado. Las baldosas con flores son ideales.