Fecha: 09-03-2021
¡Y después de comer, siesta!
El almuerzo nos ha sentado de miedo, pero después de comer lo único que nos apetece es tumbarnos.
Lo que nos pasa es que el cuerpo empieza a funcionar a toda marcha, la digestión: la cantidad de sangre en el estómago y los intestinos aumenta y llega menos oxígeno al cerebro. Esta falta de oxígeno se manifiesta en forma de fatiga y somnolencia.
Por supuesto que lo que comemos influye y mucho. Los alimentos altos en azúcar y carbohidratos, pasta, pan blanco, etc., hace que nuestro cuerpo libere más insulina.
La insulina es una hormona que reduce los niveles de azúcar en sangre, así que, si nuestro cuerpo libera demasiada insulina, puede llevaros a un colapso de azúcar en sangre. Esto provocará sensación de cansancio y falta de energía, tendremos dificultades para concentrarnos.
Con todo lo anterior, lo único que nos va a apetecer después de comer es visitar el fofá…
Y que podemos hacer para no sentirnos tan adictos al sofá.
Empezaremos por la mañana con el desayuno
Desayunar por la mañana nos activa y evita que tengamos ataques de hambre a lo largo del día y menos fatiga, pero si desayunamos, a la hora de la comida no tendremos tanta hambre y luego menos cansancio y soñolencia.
Hidratarnos nos ayudará también
Muchos confundimos la sed con el hambre. Tenemos que asegurarnos de que estamos bebiendo suficiente agua a lo largo del día.
El ejercicio fundamental
Un paseo corto después de comer nos ayudará. El aire fresco y el ejercicio aportan una gran cantidad de oxígeno al cerebro. Y si no puedes salir, abre la ventana y respira un poco de aire fresco.
Y que pasa con el café.
También creemos que beber cinco cafés nos va a despertar, los alemanes dices que “hacer mucho no siempre ayuda mucho”. Tomar una bebida con cafeína está bien porque estimula la liberación de adrenalina. Pero más de una, tiene el efecto contrario, así que sentiremos mucho cansancio. Si necesitas un chute de energía, no esperes demasiado entre la comida y el café o tendrás problemas para dormir por la noche.
La siesta
No todos nos podemos permitir el lujo de echarnos una siesta después de comer. Pero ya hay muchas empresas que cuentan con salas donde los empleados pueden descansar 10-20 minutos. Esta es la duración máxima que deberíamos dormir para levantarnos con energías renovadas. Si dormimos más, puede que nos levantemos con aún más sensación de cansancio que antes.
Los alimentos que nos crean más fatiga.
Muchos alimentos contienen triptófano, un aminoácido que induce al sueño, deberíamos intentar moderarnos con los siguientes alimentos en las comidas.
Leche
Carne: cerdo, pollo, ternera
Pescado: atún, caballa, salmón, trucha
Queso: parmesano, emmental, edam, brie, camembert
Cereales: avena, productos con harina de espelta, de mijo o de trigo (sarraceno)
Frutos secos: nueces, arándanos, avellanas
Después de todo esto, seguro que miramos con buena cara el sofá.
Disfruta.
